Cheesecake de Calabaza con Corteza de Jengibre

Precalentar el horno a 325 grados. Colocar una rejilla del horno en el medio del horno.

Para la corteza, combinar las migas de galleta, el aceite, 1/2 cucharada de stevia, el azúcar y la canela. Presionar la mezcla de migas en el fondo de un molde desmontable de 9 pulgadas. Hornear la base durante 8 minutos. Retirar del horno y dejar enfriar sobre una rejilla.

Para el relleno, aumentar la temperatura del horno a 500 grados. Agregar el requesón a un procesador de alimentos y procesar hasta que esté muy suave. Agregar el yogur y el queso crema y procesar por otros 1-2 minutos hasta que quede suave. Agregar la calabaza, 1/4 taza más 2 cucharadas de stevia, el azúcar morena, la vainilla, la especia para pie de calabaza y la sal y procesar hasta que quede suave. Con el procesador funcionando, agregar los huevos, uno a la vez, y procesar hasta que se incorporen.

Agregar la masa a la base preparada. Hornear el cheesecake durante unos 8 minutos. Bajar la temperatura a 200 grados y hornear hasta que el cheesecake esté firme, aproximadamente 1 hora. Transferir el pastel a una rejilla. Pasar un cuchillo de cocina por el borde del pastel para aflojarlo. Dejar enfriar completamente a temperatura ambiente. Durante unas 2-3 horas. Tapar con envoltura de plástico y refrigerar por 3 horas o durante toda la noche.

Retirar los lados del molde y dejar que el cheesecake alcance la temperatura ambiente durante unos 30 minutos. Adornar con pecanas, cortar en rodajas y servir.