Precalentar el horno a 350 ° F. Rociar 2 moldes con 6 hoyos de mini Bundt con el spray antiadherente.

Combinar la harina, la especia para pie de calabaza, el polvo de hornear, la sal y el bicarbonato de sodio en un tazón mediano. Batir la mantequilla, el azúcar morena y el azúcar granulada en un tazón grande para batir durante 3 a 4 minutos o hasta que esté cremoso. Agregar los huevos; batir bien. Agregar la calabaza y el extracto de vainilla; batir bien. Incorporar poco a poco la mezcla de harina. Verter uniformemente en los moldes preparados (aproximadamente 1/2 taza de masa en cada uno). Golpear suavemente la sartén sobre el mostrador para liberar burbujas de aire.

Hornear por 20 minutos o hasta que al insertar un palillo de madera en los pasteles, éste salga limpio. Enfriar en los moldes sobre rejillas de alambre durante 10 minutos; invertir sobre rejillas de alambre para enfriar completamente. Con un cuchillo serrado, cortar con cuidado la base de todos los pasteles para que la superficie quede nivelada / plana. (Consejo del cocinero: ¡guarda los fondos para disfrutarlos más tarde!)

Batir el queso crema y el extracto de naranja en un tazón grande hasta que quede suave. Agregar gradualmente el azúcar en polvo. Untar 1 cucharada de la mezcla sobre el lado cortado de 6 pasteles a menos de 1/4 de pulgada del borde (asegurar de untar el glaseado sobre el agujero en el centro). Colocar los 6 pasteles sin glaseado encima de los pasteles con glaseado.

Agregar 2 cucharadas de leche al resto de la mezcla de queso crema; batir hasta que quede suave. La consistencia debe ser lo suficientemente fina como para rociar; agregar más leche según sea necesario. Rociar sobre los pasteles (usar cualquier glaseado sobrante para las partes inferiores del pastel). Antes de servir, colocar una rama de canela en el centro de cada "calabaza" (la rama debe descansar sobre el glaseado de queso crema en el centro de los pasteles).